¿Vale la pena hacer Plan de Negocios? Planificación vs Mentalidad Estratégica

estrategia Nov 17, 2021

«Todo va tan rápido que no sé hasta donde valga la pena hacer un plan estratégico o un plan de negocios en este momento».

«No tengo tiempo de planificar»

«Apegarme a un plan me quitaría la flexibilidad y la agilidad que tengo hoy en día para tomar decisiones»

Estas son algunas de las frases que he escuchado recientemente sobre el tema de la estrategia o planificación de negocios. Son tantas las ideas preconcebidas que tenemos sobre el tema, que con frecuencia nos auto limitamos de alcanzar todo el potencial del negocio que tenemos en las manos.

En este artículo aprenderás cómo enfocar nuestra mirada acerca de la estrategia para llevar nuestro negocio a un próximo nivel.

Índice de Contenidos

¿Qué es un plan estratégico?

¿Por qué necesito una estrategia o un plan para mi negocio?

¿Qué es una mentalidad estratégica?

¿Qué es un plan estratégico?

Dejemos atrás la visión de aquel documento de 150 páginas que contiene un plan lineal y detallado paso por paso de lo que debemos ejecutar en los próximos 5 años. Hace tiempo que no es así.

La estrategia es un conjunto de decisiones y renuncias orientadas a ganar.

De esta manera, la planificación es el espacio que nos autoregalamos para acoger la incertidumbre, provocar reflexiones oportunas y crear las condiciones para desarrollar estrategias, proyectos y procesos flexibles.

¿En qué negocio estamos? Es por ejemplo, una primera pregunta a respondernos en un ejercicio de plan estratégico que nos podría despistar por su sencillez. Si la abordamos correctamente, resultará especialmente útil para ampliar el alcance, facilitar el alineamiento y construir acuerdos.

Respondiendo esta pregunta, Disney, se ubica en el “negocio de la felicidad”, este alcance, mucho más amplio que “parque de diversiones” o “películas” les permite poner la mirada y generar estrategias en cualquier sector en el que identifique oportunidades para entregar su “magia”. Así, un banco PYME puede ubicarse en el “negocio de los sueños”; o una marca como PUMA pasa de autodefinirse como una empresa de calzado deportivo a estar en el “negocio de la moda”, impulsando así toda una serie de transformaciones internas y de marca.

Muchas otras reflexiones ayudarán en el enfoque y en el “aterrizaje” de las discusiones: ¿Cuál es nuestra aspiración más alta? ¿Cómo vamos a ganar la posición que aspiramos en el mercado? ¿Quién es realmente nuestro cliente y, cómo es? ¿Cuál es el modo en que le agregamos valor? ¿En qué terreno estaremos presentes y con qué medios? ¿En cuáles no? ¿Cómo vamos a diferenciarnos y a ganar en este mercado? ¿Cómo nos relacionamos con nuestros clientes? ¿Cómo entregamos nuestros productos / servicios? ¿Cuáles son los procesos y capacidades clave de nuestro negocio? ¿Cuáles son los recursos que necesitamos? ¿Quiénes son las personas claves de nuestro equipo? ¿Cómo los retenemos y desarrollamos?— ¿Nuestra estructura legal es afín a nuestros planes futuros?

Y si se trata de un negocio personal, no puede faltar la pregunta de ¿Dónde estoy yo dentro de esta estrategia y cómo la aspiración del negocio me ayuda a alcanzar mi aspiración personal?

¿Por qué necesito una estrategia o un plan para mi negocio?

Esta es una inquietud común de muchas empresas hoy. Especialmente cuando hablamos de ciclos de cambio cortos, experimentación e innovación. Todo va rapidísimo, por lo tanto, es razonable pensar que una estrategia definida hoy, podría verse sometida a cambios en los próximos 12 meses.

Entonces: ¿Por qué es importante la estrategia especialmente en este contexto?

Fundamentalmente, porque el proceso de planificación es más crucial que el plan.

La reflexión, las discusiones, observaciones y análisis, que tienen lugar durante este tiempo traen como resultado una mentalidad clara y frecuente en el equipo que ayudará en la toma de decisiones futuras y en la construcción de unidad.

Hay demasiadas oportunidades. ¿Cómo saber cuál es la ideal para mi negocio? Cuando no está claro el norte nos podemos dejar deslumbrar por cualquier oportunidad. Como dicen los abuelos: no todo lo que brilla, es oro.
La estrategia clara nos permite hacer una selección enfocada de oportunidades (aquellas que son afines a nuestro mercado objetivo, nuestro cliente ideal, los problemas a los que damos solución) y entonces es cuando tenemos un buen espacio de flexibilidad para innovar continuamente. Innovar no es improvisar.

¿Qué es una mentalidad estratégica?

La mentalidad estratégica es una forma de pensar que resulta del proceso de planificación, que ofrece claridad y conexión sobre cómo la empresa ganará. Parte de una comprensión clara de los desafíos actuales, una aproximación a los posibles escenarios futuros y los aborda con una mentalidad de crecimiento.

Sabemos que el cambio puede llegar y lo hará una y otra vez. Tenemos aún cerquita la experiencia del 2020 como recordatorio. Eso sí, me consta porque lo he vivido una y otra vez, que estaremos más preparados para navegar el cambio si contamos con un equipo que comparte una misma mentalidad estratégica y está comprometido con este enfoque. Eso se construye en el proceso de planificación.

Esta capacidad es la que nos permite interpretar los reveses, fracasos, nuevos retos y cambios en el entorno con una flexibilidad en la selección de acciones, esfuerzos, capacidades necesarias para dar un salto en los resultados, sin perder de vista la aspiración principal del negocio.

Cuando existe una adecuada mentalidad estratégica en un equipo de trabajo, habilita a los líderes para encontrar nuevas opciones y oportunidades, enfocarse en lo posible e ir por ello. Esta es la vacuna y a la vez el antídoto de la inercia o la ya bien conocida “parálisis por análisis”.